La fiesta celta que se convirtió en Halloween

 

 

 

El mundo mágico de los Celtas se rige por la rueda del tiempo que marca ocho festividades fundamentales para el desarrollo personal. Estos ritos antiguos se relacionaban  estrechamente con los cambios estacionales, los solsticios, equinoccios, las épocas de cosecha y siembra.

Hoy nos interesa la celebración de SAMHAIN,  la noche del 31 de octubre, que marca el inicio del año nuevo celta, momento en el que se abren las puertas del sidh, o el más allá del Velo de la Niebla,  a mundos paralelos dando lugar a un periodo de introspección y meditación. Los orígenes de la popular celebración contemporánea de Halloween se remontan a esta antigua fiesta y proviene de la palabra celta «sa’uin”.

 

 

Celebraban el año nuevo el día 1ro de noviembre, que marcaba el final del verano y la cosecha, así como el comienzo del invierno oscuro y frío, una época del año que se asocia a menudo con la muerte humana y la introspección y que guarda un paralelismo en la naturaleza con el sol que pierde fuerza, hay menos luz y los ritmos de crecimiento de la naturaleza son más lentos.

Los Celtas creían que la noche antes del año nuevo era la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos cuya línea se volvía casi imperceptible. Pensaban que el espíritu de los muertos regresaba a la tierra y además de causar algunos problemas y dañar las cosechas, la presencia de los espíritus hacia más fácil las predicciones sobre el futuro para los druidas o sacerdotes celtas. Estas profecías eran una importante fuente de consuelo y dirección durante el largo y oscuro invierno para un pueblo totalmente dependiente de la naturaleza.

 

© Paloma García

 

La concepción del tiempo celta

El tiempo céltico se concibe como un recorrido circular que siempre regresa a la misma posición. El año está dividido en dos tiempos: el de  la luz y el de la oscuridad. El comienzo del año se considera como la llegada de la oscuridad, con la celebración de Samhain a primeros de noviembre. El periódo del año con luz se inicia con la celebración de Beltain el día primero de mayo.

Con la anteposición en importancia de la noche al día, la luna al sol y la oscuridad a la luz, los celtas comenzaban el año en noviembre, en el corazón de la instrospección y la oscuridad.

 


 

Los territorios celtas

En la cultura celta se aprecian dos grandes periodos dentro de la Edad de Hierro. Uno es el de Hallstatt, que se extendió entre los años 800 y 500 a.C., y el otro es el de La Tène, que duró entre 500 a.C. y 50 d.C..

Tuvo su núcleo en los Alpes extendiéndose por el centro y parte del este de Europa, Francia, oeste de la península ibérica, y las islas británicas donde habitaron durante siglos. Esos territorios  hoy los conocemos como Escocia,  Irlanda, el Reino Unido, el norte de Francia y el oeste de España.

 

La curz celta

 

Las Creencias

 

 

Según afirman la mayoría de las fuentes históricas, el festival de Samhain duraba tres días y tres noches. Se conmemoraba el inicio de la estación muerta del año, en la cual campos y seres vivos dormían a la espera de la próxima primavera. Así lo explica la doctora en historia Margarita Barrera Cañellas de la Universidad Complutense de Madrid en un interesante estudio.

Las creencias de los druidas afirmaban que, en la noche del 31 de octubre, la deidad Samhain convocaba a los muertos para que pasasen «al otro lado». Es decir, del mundo de los fallecidos, al de los vivos. Estos espíritus podían llegar al «más acá» de dos formas atendiendo a si habían sido «buenos» o «malos».

Si el dios consideraba que no habían cumplido con sus deberes, hacía que se reencarnaran en animales tras el ocaso. Por el contrario, aquellos que habían obrado acorde a lo que quería la deidad eran libres de visitar a sus familiares con su forma humana y pasar unas horas en sus antiguos hogares antes de regresar al limbo.

Era una celebración esotérica especialmente importante para los druidas quienes la consideraban como el momento más propicio para las artes mágicas y en especial, las adivinatorias y de predicción sobre el nuevo año.

El dios Samhain

Era, en definitiva, una jornada mágica en el sentido más literal de la palabra en la que el miedo a los muertos se mezclaba con la esperanza de recordar a un familiar que hubiese dejado este mundo, explica la historiadora española en su interesante investigación  que fue  publicada por la Universidad Complutense.

 

 


 

Los celtas creían que el 31 de octubre desaparecía el velo existente entre el presente, el pasado y el futuro.

 

 

La Ceremonia

 

Durante las celebraciones se practicaban varios rituales durante tres días. Se apagaban todos los fuegos que hubiese encendidos en las casas con dos objetivos: evitar que los espíritus errantes -los malvados- entrasen en las viviendas al considerarlas frías; y simbolizar la llegada de la estación «muerta» y oscura del año. De esta forma, los diferentes pueblos se quedaban totalmente a oscuras y solo eran iluminados por las hogueras gigantescas que los druidas encendían en las colinas.

Los druidas o clase sacerdotal celta encendían nuevos fuegos centrales en las colinas como símbolo del renacimiento de la naturaleza y de la vida durante la noche de Samhain.

En las inmensas hogueras que eran los «nuevos fuegos» que  preparaban los druidas como parte de la ceremonia, se quemaban principalmente ramas de roble, árbol sagrado para los celtas, y ofrendas de frutos, animales y todo tipo de objetos que los jóvenes reunían en los días previos a la celebración. ¿Cómo lo hacían? Mediante una tradición que se mantiene en la actualidad: pidiendo materiales de casa en casa para la gran hoguera. Al día siguiente en las cenizas y restos de huesos calcinados los druidas leían el futuro de la comunidad  para el nuevo año que comenzaba.

El fuego era un elemento central de la celebración de Samhain, pues se creía que con él se lograba espantar a los espíritus malignos que, enfadados por haber sido castigados por el dios de la muerte, se dedicaban a hacer tretas a los vivos.

Utilizaban trajes compuestos de cabezas y pieles de animales y danzaban alrededor de la fogata.

Durante tres días y tres noches se restablecía la comunicación entre los seres humanos y los seres mágicos: difuntos, dioses y  hadas. 

Las casas permanecían abiertas y la cena preparada para cualquier buen espíritu que se dignara a aceptar la hospitalidad o seres queridos que regresaban a visitar. 

Al finalizar la celebración se prendían nuevamente los fuegos del hogar, que se habían extinguido la noche antes de la hoguera sagrada, 

 

Prohibida y cambiada

La celebración de Samhain, tal como la practicaban los antiguos, continuó hasta el siglo I d. C., cuando los romanos llegaron hasta Britannia de manos de Claudio y sus legiones.

Para el año 43 d.C. el Imperio romano había conquistado la mayor parte del territorio celta. En el curso de los cuatrocientos años que gobernaron esas tierras, dos festivales de origen romano se combinaron con la tradicional celebración celta de Samhain. El primero fue Feralia, un día de finales de octubre, cuando los romanos tradicionalmente conmemoran el paso de los muertos. El segundo fue un día para honrar a Pomona, la diosa romana de la fruta y los árboles, especialmente de la manzana.  El símbolo de Pomona y la fusión de esta celebración con el Samhain da lugar a  la tradición de las manzanas presentes en Halloween.

Bajo el dominio romano estas fiestas fueron aceptadas pero el pueblo jamás olvidó sus creencias y las celebraba usando grotescas máscaras y danzando alrededor de una gran fogata pretendiendo que eran perseguidos por los malos espíritus, tal como en la antigüedad.

Con el paso de los años y aprovechando la civilización romana, la Iglesia Católica dio una vuelta de tuerca más al festival de Samhain para tratar de eliminar definitivamente las creencias celtas, consideradas paganas. Así, en el siglo VIII d.C. el Papa Gregorio III, implantó la fiesta de los Mártires Cristianos el día 1 de Noviembre, haciéndola coincidir con la fecha de la celebración de Samhain. Luego, el Papa Gregorio IV, en el año 840 amplía esta celebración a todos los santos del panteón cristiano.  Fue en esa época cuando se cambió el nombre del festival a  «All Hallow’s Eve», término que derivaría posteriormente en el actual Halloween.

Día de todos los Santos (1423-24) – Fra Angelico – Pintura al temple sobre madera 31,9 x 63,5 cm  – National Gallery, Londres

 

 

 

 

 

En la actualidad el Festival de Samhain continúa
celebrándose en Escocia.

 

 

Filmado y editado por  Mariella Pacey en el  Beltane Fire Society’s Samhuinn Fire Festival 2015 el 31 de  Octobubre de 2015 en Grassmarket, Edinburgh, Escocia.

 

 

Espectáculo con motivo de la festividad de Samhain en el Castillo de Glamis, Angus, Escocia.

 


Nota del Autor

Cabe destacar que la cultura celta, especialmente sus ritos, mitos y ceremonias eran transmitidas por la tradición oral de los druidas a sus pupilos. Como cultura no dejaron un legado escrito. Por ello, la mayor cantidad de información que se tiene de estas tradiciones proviene de historiadores y autores romanos y griegos y posteriormente de los cristianos.

 


 

SI ERES AMANTE DE LA LITERATURA sobre mitos y leyendas esta es una buena lectura para la temporada.

 

El libro secreto de Merlín lleno de sorprendentes poderes, conjuros y encantamientos. Las claves para dominar los elementos de la tierra, el fuego, el agua y el aire y los símbolos mágicos. Aquí se hallan las fórmulas secretas para convocar a los espíritus, seducir a un amante, lograr buena fortuna, protegerse de los enemigos y predecir lo que habrá de suceder. Todos los secretos del poder mágico que tuvieron los antiguos celtas.

https://www.goodreads.com/book/show/7881699-el-libro-de-merlin-un-libro-de-magia-encantamientos-y-conjuros


Enlaces relacionados:

Margarita Barrera Cañellas

http://biblioteca.ucm.es/tesis/ghi/ucm-t26709.pdf

5 comentarios en “La fiesta celta que se convirtió en Halloween

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.